miércoles, 13 de abril de 2011

PALACIO DE DON LUIS DE BORBÓN ARENAS DE SAN PEDRO ( ÁVILA)
















En 1779 se empieza a construir el palacio, en un lugar privilegiado por sus vistas sobre el pueblo, y por ser lugar más soleado y saludable. El ala derecha, aún sin concluir, y la denominada Casa de Oficios dedicada al personal empleado, empiezan a ser habitadas en 1783. Entre los artistas de los que se rodeó el infante don Luis durante estos años se encuentra el compositor Boccherini (al servicio del infante durante 15 años) y Goya (que realizó varios retratos de la familia).

Pero tan sólo dos años después, en 1785, muere el infante. Ya nunca se concluirá el palacio.

Debido a la prematura muerte del infante don Luis, del palacio se construyó tan sólo el ala derecha: 44 metros de fachada principal frente a los 72 proyectados. El pórtico de entrada, por el que podían acceder carruajes, es de granito; seis columnas dóricas adosadas y tres pequeñas bóvedas. Por encima de ello hay una gran terraza a la que se accede desde el piso superior.

La planta baja se utilizó para almacenes. En ella está la cocina, el acceso a un patio interior con fuente y las letrinas.


La cocina es pequeña en comparación con la grandeza de las demás estancias (6,60 x 6,20 ms.). Tiene el suelo de piedra, una gran chimenea con campana de 6,60 x 1,90 ms., horno con repisa de piedra, despensa y hueco de montacargas.

El patio interior es cuadrado y luce una fuente de piedra redonda con un sólo caño que sale de una piedra en forma piramidal terminada en una bola. En las plantas sueriores se ven clavos que servían para sujetar un toldo, convirtiendo el patio en una estancia fresca para los excesos del verano.

Las letrinas son de piedra y están en dos habitaciones pequeñas. En su momento debieron ser algo novedoso.

El espacioso vestíbulo de entrada, con suelo de piedra, da paso a la señorial escalera principal, amplia, con balaustrada de piedra, que tras un primer tramo y descansillo se divide a derecha e izquierda en forma de tijera en dos tramos que conducen a la antesala de las estancias nobles. En este piso superior el hueco de la monumental escalera está rodeado de balaustradas que actúan como mirador sobre el espacio central. El techo aquí es abovedado. En este piso principal todos los salones tienen bóvedas esquifadas, zócalos de madera que debieron ser de jaspe y chimeneas de mármol. Aquí se encuentran las habitaciones privadas del infante y su familia, además de las que se cree que ocupó Goya, el salón que hoy se denomina Boccherini, y el oratorio. Esta última estancia curiosamente es circular, con cúpula y linterna, adornada con ocho pilastras con capitel de hojas de acanto, y unos frescos que en algún momento (¿seminario menor?) se ocultaron bajo pintura. Con el tiempo y la humedad esta pintura ha cedido, mostrando vagamente lo que escondía.

La planta superior tiene el suelo de baldosas rojas y una serie de salas a lo largo de la fachada, de las cuales la central, más grande, luce bóveda de cañón. Se comunica con la planta principal por dos escaleras (una de las cuales no se terminó) con forja de hierro, e iluminada por una claraboya.

Por último, el desván abuardillado comunica los dos únicos torreones que se construyeron (correspondientes al ala derecha del palacio), excepcionales miradores sobre Arenas y Gredos.


Decir que lo visitamos en el verano del 2010. Actualmente lo están restaurando, es un lugar maravilloso e imposible de describir en el que es muy fácil perderse por sus innumerables pasillos y habitaciones (de hecho me perdí). Nuestra visita coincidió además del certamen de pintura rápida con una exposición de artistas plásticos.

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